Hay mil formas de explicar cómo afecta una enfermedad mental al estado de ánimo.
Como también hay cientos de videos en youtube muy técnicos y poco entretenidos que te explican lo mismo sobre el trastorno bipolar una y otra vez.
Hoy cambiamos esto. ¡Por fin!
¿Qué descubrirás en este post?
- Cómo afecta en tu tristeza el subidón instantáneo cuando sales con tu colega y por qué te resta bienestar.
- Por qué los cuidados de tu abuela te suben la serotonina y te hace más feliz.
- Por qué los sustos de tu prima son buenos para mantenerte en alerta.
Dime tu Whatsapp y te diré qué son los neurotransmisores.

Se habla mucho de ellos. Son súper famosos, aunque nadie sabe muy bien qué hacen con su vida ni cómo se mueven por tu cabeza.
Los conocidos neurotransmisores son como el Whatsapp de tu día a día.
Son los que hacen que tus neuronas estén siempre en comunicación continua. Permitiendo que se envíen mensajes entre sí a cada instante.
No sabemos si tienen el modo vibración activado o simplemente es que están enganchados al Whatsapp todo el día.
Pero gracias a estos mensajeros neuronales, tu sistema nervioso se mantiene informado de todo lo que pasa en tu cuerpo y fuera de él.
Será por eso que también miras tu móvil a cada rato. No quieres perderte nada de nada. 😜
Pues bien.
Ahora te presento a los 3 (des)conocidos que tienes en tu vida y que marcan la diferencia en tu salud mental, en tu sonrisa y en tu disfrute diario.
Hay muuuuuchos otros que destacar, pero hoy te presento a estos 3. Si quieres conocer más, me lo dices en los comentarios de abajo y te los presento otro día.
Todo sea por aumentar la familia. 😋
Además hoy comprobarás lo importante que son y la facilidad que tienen para mantener a tu familiar bipolar en eutimia o por el contrario en completo descontrol.
Sin más rodeos. Empezamos las presentaciones.
La fiestera insaciable. La DOPAMINA.

Existen varios tipos de personas en tu entorno.
Están los conocidos de hace años con los que te cruzas y te paras un rato para hablar de cómo sigue familia, el trabajo y lo típico de cada casa…
No te aportan mucho, vaya. Ni fu ni fa.
Después están los amigos de toda la vida que conoces desde la época en la que para salir a dar una vuelta, lo primero era llamar al fijo de su casa o al timbre (directamente) y preguntarle a la madre “¿está Carlos?, ¿puede salir un rato?”
Aquella época en la que la chica más popular de tu clase tenía detrás a todos los guaperas. Y los granitos en la cara era la pandemia más molesta.
A esos antiguos amigos siempre se te ocurre decirles “a ver si quedamos y nos tomamos algo”. Pero en el fondo sabes que nunca lo haréis.
Y después, están los colegas del jiji y del jaja. De la “penúltima” cerveza que siempre trae otra “penúltima” detrás.
De esos con los que te lo pasas estupendísimamente un sábado, pero nunca llamas un martes para pedirle un favor de vida o muerte. Nunca le cuentas algo íntimo o incómodo. Y tampoco quieres que él lo haga contigo.
Son los colegas con magia que siempre te dan buenos ratos y pocos problemas.
Con los que te gustaría salir en cada rato libre. Pero que cuando los ves 3 findes seguidos te paras a pensar… “debería salir con más gente”.
Pues estos colegas definen a la perfección a tu colega la DOPAMINA.
Es la típico que solo quiere fiesta. Salir y entrar. Y salir nuevo.
Le gusta la satisfacción inmediata. Lo quiere todo ahora.
¿Todo lo bueno?
Depende.
Te explico.
Imagina que tu colega es la neurona Lidia y tú eres la neurona Juan.
La neurona Lidia te llama un viernes y te dice: “Oye Juan, vamos a un bar nuevo que han abierto cerca de mi casa. Me han dicho que tienen un pescaíto frito y un vinito dulce que lloras del gusto”
Ni el pescaíto frito ni el vino dulce son buenos para tu salud, pero eso da igual.
El plan suena perfecto ¿a quién le importa que el pescado rebozado en harina y frito en litros de aceite te haga la digestión más pesada de tu vida? ¿o que el vino dulce te lleve a otro y a otro y acabes dándole una patada al hígado?
Ni Juan ni Lidia parecen preocuparse por eso.
Ahí llega la satisfacción instantánea. Tan solo con la idea de llevarse estos dos manjares al paladar, la dopamina que le envía Lidia en forma de invitación a Juan, se dispara.
Por no hablar del momento de la cata en el bar.
La neurona Lidia sigue aumentando el nivel de dopamina en la neurona Juan. Le dice de tomar otro vinito, pedir la tarta de chocolate para el postre y tomar un “digestivo” en forma de cubata.
El disfrute sube por segundos. ¡Vaya momentazo!
Este subidón de dopamina entre neuronas es el que (en exceso) lleva a la crisis maníaca de tu familiar con bipolaridad.
El nivel sube de tal manera que el control ya no existe. Solo existe la diversión, la realidad que ve, toca, oye e incluso huele, desde las alturas de su estado mental.
Está fuera de sí. Pero a la vez lo siente todo muy real.
Todas las neuronas montan un festival de euforia que puede durar días o semanas.
El chutazo dopamínico se convierte en una droga que les hace olvidarse de comer, beber y dormir. No hay necesidad de parar la fiesta para estas “insignificantes” necesidades vitales.
De repente, la neurona Lidia dice que se tiene que ir.
Llega el agotamiento neuronal.
Se termina la producción de dopamina y con ella empieza la reacción negativa de las neuronas.
Tú, neurona Juan, estás en tu mejor momento. Tienes un subidón de dopamina enorme. Lo último que quieres es irte a casa.
Pero Lidia ya no tiene más dopamina que darte. Ya no sigue fomentando la guasa, la diversión, el jiji y el jaja. Se va.
Insistente le dices: “oye, no puedes irte de repente. Vamos a echar otro cubatita. Ahora es cuando más a gusto estoy”
Pero no hay manera. Se corta el flujo de dopamina que te mantenía más contento que un niño con un juguete nuevo.
Se termina el festival.
Y ¿qué es lo que viene después de la gran subida?
La depresión.
Se ha terminado lo que mantenía a Juan en los niveles más elevados de euforia.
Y cae en picado.
Como dato extra te cuento.
No solo los estímulos externos negativos (sí, comer y beber cosas dañinas para tu cuerpo son estímulos negativos) aumentan la dopamina. Que por cierto, sería una dopamina falsa y en definitiva dañina para la salud y el bienestar.
Este neurotransmisor también aumenta con los hábitos positivos y beneficiosos para tu estado anímico y felicidad diaria.
Para saber cómo aumentar la dopamina “buena” y desintoxicarte de la “mala”, te dejo por aquí una excelente explicación del ayuno de dopamina que tienes que hacer para conseguirlo en solo 3 días.
No tiene desperdicio.😙👌
La hormona de la felicidad. La SEROTONINA.

Llega la reina de la corona.
El mejor amigo del alma que te motiva, te ayuda, te aconseja y te cuida.
La señora serotonina es como la abuela a la que adora toda la familia.
A esta hormona la llamaremos la abuela Lola (sí, mi abuela se llama Lola).
Bien.
¿Qué hace tan famosa a la abuela Lola?
(quién dice Lola, dice Juana, Toñi, Claudia…)
Ella es famosa por sus sabrosas recetas. 🤤 🤤
La abuela Lola te da tranquilidad. No quiere que nunca te falte un buen plato en la mesa. Siempre dispuesta. Se asegura de que estés cómodo, contento y con la tripa llena.
Es lo opuesto al estrés.
Pues bien. Cuando la abuela te prepara un huevito pasado por agua y un atún encebollado de los que se te cae la baba.
Te está dando un buen chutazo de proteínas y triptófano, haciendo que tus niveles de serotonina se eleven.
[Dato curioso] El 95% de la serotonina se produce en tu intestino… así que estos platitos te vienen de lujo para tenerla contenta.
Si tu barriguita está sana y alegre, tu cerebro y mente estarán felices.
Por cierto. De la importancia del triptófano te hablé en el post que tienes justo aquí 👇
¡Exacto! Los altos niveles de este aminoácido, no solo aumentan la serotonina, también te ayudan a dormir como un bebé.
Seguimos.
Queda claro que si te alimentas bien y haces todo lo recomendado para aumentar tus niveles de serotonina, la sonrisa te saldrá desde que te levantas.
Pero, ¿qué pasa si no cuidas de la abuela y pretendes que tenga todo el peso de tu bienestar ella solita? 🤷
Pues que se resiente y decae.
Cuando te olvidas de los buenos hábitos y comes fatal. No te mueves del sofá ni para coger el móvil y poner Netflix, y te olvidas de mimar tu mente.
Te puedes despedir del bienestar, del buen rollito y de la motivación para hacer cosas.
Y cuando eso se alarga en el tiempo, llega la depresión.
Este neurotransmisor se queda bajo mínimos. Te metes en un círculo vicioso de autodestrucción y no te cuidas porque te sientes fatal. O te sientes fatal porque no te cuidas.🔁
Ya no está la abuela para cuidarte.
¿Qué pasa con esto en el caso del trastorno bipolar?
Que este neurotransmisor puede descontrolarse en el cerebro y empezar a hacer estragos en la enfermedad en forma de sensación de vacío, tristeza, desesperanza, apatía, desconsuelo, fragilidad, baja autoestima, pereza, dolor muscular, pérdidas de memoria, etc, etc.
Es aquí cuando entran en juego los antidepresivos o inhibidores selectivos de recaptura de serotonina.
A estos los llamaremos el chocolate salvador.
No te sorprendo al decirte que el chocolate quita las penas (mejor aún si es negro)
Adivina por qué.
El chocolate negro contiene una buena dosis de… triptófano.
Bueno, pues resulta que el chocolate salvador, los ingiere el diagnosticado como bipolar. Y empieza el reajuste emocional.
Quien dice chocolate dice sertralina, citalopram, fluoxetina, paroxetina…
¿Cómo funcionan los antidepresivos? (explicado por tu compi de piso)

Imagina que compartimos piso. Sí, tú y yo.
Hoy me toca hacer la compra. Sí, somos buenos compis de piso, nos llevamos genial y nos vamos turnando para hacer la compra.
Así da gusto.
Pues bien. Hago la compra y traigo de todo para una semana.
Todo muy rico, saludable y a los dos nos encanta. Claro que sí.
El primer día me da por hacer la cena para los dos (cada vez gano más puntos ¡¿eh?!).
Yo termino de cenar y tú cenas después de currar.
Llena la despensa y el frigorífico, me dice mi jefa que tengo que irme de viaje durante 7 días.
Un congreso de no sé qué…
¿Qué pasa con toda la comida que he traído a casa?
Pues que la tienes a tu plena disposición para cuando quieras.
Tienes más para ti y la vas consumiendo a tu ritmo y gusto.
Chocolate salvador incluido. 😅
Pues eso mismo pasa cuando tu familiar toma antidepresivos.
Estos hacen que la compra de serotononia que ha hecho la neurona A se quede disponible para que la neurona B la vaya cogiendo cuándo y cómo le apetezca.
La primera se la cede y no la consume más para dejar que la neurona B siga aprovechándose de sus beneficios.
Si quieres que te lo explique mejor el psicólogo Xevi Molas, échale un ojo a este vídeo.
Una cosita más y termino con esto.
Mucho cuidado con la ingesta del chocolate salvador.
Conoce el síndrome de la serotonina y descubre por qué hay que tener especial precaución con los antidepresivos si pretendes subir los niveles de serotonina de un día para otro.
Tu prima. La NORADRENALINA
¿Te han dado alguna vez un susto para quitarte el hipo?
Pues imagina que este susto te lo da tu prima 3 veces al día.
¿Cómo te sentaría eso?
Pues aquí es como entra en juego la noradrenalina. Además del cortisol y otros tantos primos más.
Esta es la hormona y neurotransmisor que regula tu estado de alerta-vigilia. Y te prepara para la lucha o la huida. Vamos que te ayuda a responder frente al miedo.
¡Fíjate lo que te cuento ahora! Cuando tu prima se viene arriba, tu abuela se suma también.
Vamos que cuando sale la noradrenalina de fiesta por tu cerebro, la serotonina le sigue allá donde va.
Además, como buena familia que son, cuando una se enfada, se enfada la otra. Cuando le entra ansiedad a una, la otra va detrás. Y cuando a una le entra sueño, a la cama que se van las dos.
Pues esto mismo pasa con la depre.
¡Y te digo más! ¿recuerdas cómo funcionan los antidepresivos con la serotonina?
Pues hay antidepresivos que también inciden directamente en tu prima noradrenalina, ayudando a que la recuperación depresiva sea más rápida.
¡Qué buena pareja hacen, por favor!
También tiene una especial relación con la dopamina, de hecho sin ella no podría vivir.
Vamos que la neurona Juan al final siempre tiene buena compañía.
¡Por cierto! Por si quieres saber dónde vive.
Tu prima noradrenalina tiene su casita en la calle “glándulas suprarrenales” justo encima de tus riñones. Aunque también tiene su segunda vivienda en tu cerebro.
Ten en cuenta que con la edad disminuye la producción de este neurotransmisor, así que cuídalo bien. Que es de familia ¡hombre!
¿Conclusión? Ya conoces a estos 3 neurotransmisores de cerca. Ahora te toca mimarlos y darles lo que les mola y quitarles lo que detestan.
Y no te olvides de que los efectos de su buena regulación en el cerebro de tu familiar, será primordial para asegurar la estabilidad duradera de su bipolaridad.
No solo los medicamentos que ayudan a los neurotrasmisores a funcionar, tienen que estar controlados y revisados al día, también los hábitos diarios harán que su bioquímica funcione mejor y le ayude a no disparar un brote maníaco o un episodio depresivo.
Y colorín colorado, las presentaciones se han acabado.
Entonces ¿qué?, ¿te gustaría conocer a otros neurotransmisores de la familia? Cuéntame. 😉
Por María Tovar

En lugar de seguir absorbida por la enfermedad mental de mi madre y seguir frustrándome por no saber cómo ayudarla ni cómo evitar sus episodios de manía y depresión.
En 2016 decidí pararle los pies al trastorno bipolar.
Aprendí a disfrutar de mi tiempo, mis sueños y mis viajes sin descuidar la estabilidad de mi madre ni por un segundo.
Gracias a años de lectura sobre el funcionamiento del cerebro, inteligencia emocional y mentalidad, conseguí encontrar el equilibrio perfecto para no amargarme la vida por culpa de la bipolaridad.
Hasta hoy hemos evitado a tiempo 3 crisis maníacas y 2 depresivas. Y espero que sigan aumentando porque cada posible recaída me enseña cómo evitarlas con más calma y sin miedo paralizante.
Ahora todos estos aprendizajes los comparto en el proyecto Bailando con Polos.
En él ayudo a otros familiares, de cualquier parte del mundo, a convivir con el trastorno bipolar sin que este controle su tiempo, destruya su salud y acabe con su paciencia y ganas de hacer planes.
¿Quieres ser libre frente al trastorno bipolar y asegurarte de que no controlará más tu vida?
Y despídete de una vez del agobio y la impotencia de luchar contra una enfermedad mental que no te deja ser feliz.
O si lo prefieres hablamos cara a cara (incluso con pantalla de por medio) y te cuento cómo conseguirlo.
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